Estudios destruyen mitos sobre el aumento de la circunferencia abdominal.
Una de las conclusiones del Simposio Cerveza y Peso Corporal: Mitos y Realidades, que tuvo lugar recientemente en Lisboa, es que “no existen evidencias científicas que demuestren que la cerveza es responsable por la famosa barriga; muy por el contrario, esta bebida tiene un efecto protector sobre el peso corporal, obesidad abdominal y síndrome metabólico”.
Según un especialista danés en nutrición, “la prevalencia del síndrome metabólico es ligeramente inferior entre los que beben cerveza y vino, cuando comparada con los que no beben”. Arne Astrup, que es también presidente de la Asociación Internacional para el Estudio de la Obesidad, explicó igualmente que en los consumidores regulares de alcohol, el riesgo de desarrollar síndrome metabólica se va reduciendo con el aumento del consumo de alcohol, con un efecto similar en los hombres y en las mujeres. Precisamente lo contrario del mito instalado de que la cerveza es la responsable por la obesidad abdominal.
De acuerdo con los diferentes estudios presentados por Arne Astrup, es el no consumo de alcohol que aumenta, efectivamente, el riesgo de desarrollar el síndrome metabólico. Curiosamente, se dio a conocer que las bebidas alcohólicas tienen un efecto benéfico en el colesterol bueno, en los triglicéridos, y ninguno impacto en la presión arterial, ni en la glucosa. Aquellos que consumen más bebidas tienen una circunferencia en la cintura más reducida que aquellos que no beben nada o que consumen una bebida o menos por mes.
En un estudio experimental hecho por su equipo, dónde compara el consumo de refrescos, vino y cerveza, se constató que el consumo de cerveza lleva a la ingestión de menos calorías, una vez que posee menos calorías que las demás bebidas.